Tarta de vainilla y fresa

Para el cumpleaños de mi abuela, que fue el 11 de marzo, quería hacer algo especial, y hace tiempo vi en un blog una tarta que me llamó muchísimo la atención. Una tarta damero de fresa y vainilla. Compré todos los ingredientes, y me puse manos a la obra. 

Hice mis bizcochos, y ya fríos y yo dispuesta a cortarlos, resultó que el bizcocho de fresa no había salido rosa, ¡oh no!, ya no podía hacer la tarta damero, pues no habría contraste alguno. Así que de ese "fallo", saqué una tarta diferente, y salió ésta.

Quiero dar las gracias a Mabel de A nadie le amarga un dulce por haber compartido la receta. La original y su resultado, en damero, podéis verla aquí.

Receta:

Para el bizcocho de vainilla:
4 huevos
200gr. azúcar
250gr. yogurt de vainilla
150gr. aceite de girasol
10gr. azúcar vainillado
200gr. harina repostería
1 sobre de levadura química
Para el bizcocho de fresa:
4 huevos
200gr. azúcar
150gr. aceite de girasol
250gr. leche
1 sobre gelatina de fresa (para que el bizcocho salga rosa Mabel nos recomienda que sea Royal, yo utilicé de Hacendado, y como véis no salió)
200gr. harina
1 sobre de levadura química
Para la nata de fresa:
1 sobre de gelatina de fresa
500gr. nata para montar
1 cucharada colmada de queso para untar

Para el frosting de queso:
150gr. queso para untar

70gr. mantequilla a temperatura ambiente
250gr. azúcar glas

Elaboración:

Lo primero que tenemos que hacer es precalentar el horno a 180º, y tener dos moldes preparados y engrasados. Yo los he utilizado de 18cm.
Para el bizcocho de vainilla: 

Empezamos batiendo los huevos, con la ayuda de una batidora de barillas, hasta que doble volumen. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que blanquee. Añadimos el yogurt, aceite y el azúcar vainillado y volvemos a batir. Incorporamos la harina y la levadura y seguimos batiendo.

Echamos la mezcla en el molde, metemos en el horno durante 50 minutos aproximadamente, aunque a partir de los 40 minutos os aconsejo pinchar a ver si estuviese listo. Sacamos y dejamos enfriar.
Para el bizcocho de fresa: 

Empezamos batiendo los huevos, con la ayuda de una batidora de barillas, hasta que doble volumen. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que blanquee. Añadimos la leche y el aceite y volvemos a batir. Incorporamos la harina, la levadura y el sobre de gelatina y terminamos de mezclar.

Echamos la mezcla en el molde y metemos en el horno durante 50 minutos aproximadamente, aunque a partir de los 40 minutos os aconsejo pinchar a ver si estuviese listo. Sacamos y dejamos enfriar.
Para la nata de fresa: 

Echamos la nata en un bol, y comenzamos a montar. Cuando esté medio montada, añadimos el queso y la gelatina, que previamente habremos pulverizado un poco más con la ayuda de la picadora. Tapamos y reservamos en la nevera.
Para el frosting de queso:
Echamos en un bol el azúcar glas, el queso y la mantequilla a temperatura ambiente. Mezclamos con una lengua, y cuando el azúcar esté integrado comenzamos a mezclar con unas varillas. Tapamos y reservamos en la nevera.
Montaje:

Con los bizcochos bien fríos ya, los dividimos en tantas capas como capas queramos en la tarta. En este caso yo he hecho tres capas, por lo que saldrá una tarta de 6 capas, aunque yo he hecho dos tartas, por lo tanto, dos tartas de tres capas cada una.

Ahora disponemos las capas, intercalando una de vainilla, una de fresa, una de vainilla..., este es el momento de igualar la tarta y recortar los bordes que no encajen.

Ponemos la primera capa, añadimos un poco de nata de fresa, extendemos, y ponemos otra capa de bizcocho, y otra vez un poco de nata de fresa, otra capa, y nata de fresa, y así sucesivamente hasta acabar con nata de fresa. Nos debe sobrar nata para el decorado de la tarta.

Por los lados de la tarta ponemos una capa del frosting de queso. Yo me he ayudado de un cuchillo liso. Extendemos bien.

Con la ayuda de una manga pastelera y una boquilla estrellada, yo utilizo unas que vienen en un pack de IKEA, vamos haciendo los adornos de la tarta. Las rosas son de nata de fresa. La tira de la parte de arriba es del frosting de queso y la tira de abajo es de nata de fresa, para así ir intercalando colores.

Decoramos con un toque verde, lo suyo sería unas hojitas de fondat, pero no tenía en casa, y me las arreglé con unas virutas verdes que tenía en la despensa.

Nota: es una tarta que necesita tiempo, y que los bizcochos estén fríos, así que os recomiendo que un día antes hagáis los bizcochos, y al día siguiente ya la nata y el frosting.

¡Espero que os guste!