Nuggets de coliflor con Santa Rita | #comerdetodosano

Llevaba un tiempo con ganas de preparar esta receta, pero mi verano ha sido caótico, y hasta ahora no me he puesto a cocinar de verdad, asi que no he podido resistirme, ni he querido esperar más a prepararla, ¡y menos mal, porque me estaba perdiendo una auténtica maravilla!

No sabía muy bien si englobar esta receta en nuestras recetas de #comerdetodosano, pero al final, aunque es un frito, hemos pensado que sí que lo es, porque es una alternativa maravillosa para esos nuggets que nos venden.

Si queréis darle un toque más sano aún os aconsejo que en vez de freírlos, los hagáis en el horno, o si tenéis, en las freidoras de aire que ahora están tan en auge.

Para esta receta he utilizado productos de la marca Santa Rita, ¡y ha sido todo un descubrimiento, sobre todo uno de ellos!, desde aquí darle las gracias por hacerme llegar este lote tan rico.

Y dicho todo esto, ¡vamos al lío!

Vamos a necesitar:

500gr. de coliflor / Pan rallado al gusto / 100gr. de nuestro queso favorito (yo he usado mozzarella rallada) / Sal / Pimienta / Fijarina de Santa Rita / Panko de Santa Rita / Aceite para freír

Empezaremos cortando el tallo de la coliflor para que los ramilletes queden sueltos, los lavamos con abundante agua y los colocamos en un cestillo de vapor. Cocinamos al vapor hasta que los ramilletes estén tiernos. Se puede también cocer directamente en el agua, pero así nos absorberán mucha mas agua y necesitaremos más pan rallado.

Mientras tanto rallamos el queso que hayamos elegido y reservamos.

Cuando la coliflor este tierna, sacamos, dejamos que se atempere en un bol, y ahí mismo, con la ayuda de un tenedor, haremos una especie de puré, pero sin llegar a machacar del todo. Si no la hemos hecho al vapor y la hemos cocido en agua, tendremos que poner la coliflor en un colador para quitarle la máxima cantidad de agua posible.

Seguidamente añadimos el queso rallado, la sal y la pimienta, y poco a poco el pan rallado necesario. Nos debe quedar una masa manejable, aunque no dura, pues queremos unos nuggets jugosos.

Dejamos reposar la masa al menos una hora en la nevera, y después les daremos forma. 

Una vez dados la forma podemos empanarlos directamente, o congelar ligeramente para que nos sea más fácil trabajar. Yo opto siempre por esta segunda opción, así que tras media hora o tres cuartos en el congelador, los pasamos por la fijarina, que ha sido un productazo para mi, pues sustituye al huevo y queda fantástico, y seguidamente por el panko.

Freímos en abundante aceite, o bien los cocinamos en el horno o freidora de aire caliente como os he mencionado antes, hasta que queden bien doraditos.

Estos nuggets congelan perfectamente, así que podéis hacer en cantidad y, antes de freír, congelarlos.

¡Espero que os haya gustado!

Nos vemos pronto glotones, ¡gracias por estar ahí!

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¡Sed felices!