Piquillos rellenos de bacalao

Hay clásicos que nunca fallan, y éste es uno de ellos. Es raro encontrarte con alguien a quien no les guste, es raro el bar de toda la vida que no los ofrezca, es raro que alguien no los haya cocinado alguna vez..., pero estoy segura de que ahora, alguno de vosotros, me dirá, "pues a mi no me gustan" o "en mi casa nunca se han cocinado", pues sí, me lo creo, y quizás sea lo normal, pero lo que si que no me podéis discutir que es un gran clásico.

Dejando a un lado lo normal y lo raro, si lo has probado y cocinado, ¡eres de los míos!, y si no lo has hecho nunca, ni probarlo ni cocinarlo, ¡estás tardando, así que coge papel y lápiz, o guárdate el link a nuestra receta, y al lío!

Vamos a necesitar:

12-14 pimientos del piquillo / 1 cebolla / 1 diente de ajo / 350gr. de migas de bacalao congeladas/ 2 cucharadas colmadas de harina / 300ml. de leche / Sal / Pimienta / Nuez moscada / Aceite

Para la salsa:

6 pimientos del piquillo / 200gr. de nata / Sal / Cebollino fresco

Empezaremos preparando el relleno de nuestros pimientos, para ello picaremos muy finamente un diente de ajo y una cebolla pequeñita, y en una sartén con un poco de aceite, pochamos muy bien. Una vez pochados añadimos el bacalao, yo uso migas congeladas en su punto de sal, que ya tendremos descongelado, y cocinamos ligeramente. Nos debe quedar en la sartén un poco de grasa, si no será el momento de añadir un poco más de aceite, y cocinar ligeramente. Ahora añadimos la harina y cocinamos, seguidamente añadimos la leche, poco a poco hasta conseguir esa consistencia que buscamos, que es la de unas croquetas cremosas. Rectificamos de sal y añadimos pimienta y nuez moscada. Reservamos hasta que se atempere.

Por otro lado escurrimos los piquillos y reservamos. 

Una vez templado el relleno, con ayuda de una manga vamos rellenando los piquillos y reservamos. 

Para preparar la salsa es tan sencillo como poner los pimientos, la nata y la pizca de sal en una batidora, batir muy bien, verter en una sartén y dar un ligero hervor. 

Si los pimientos están fríos, a mi gusta darles un golpe de calor en el horno, emplatarlos y cubrir con la salsa calentita, pero podéis calentarlos como más os guste.

Estos pimientos congelan muy bien, por lo que si hacéis de más, podéis congelarlos y sacarlos de un día para otro, calentar y comer.

¡Espero que os haya gustado!

 Nos vemos pronto, ¡gracias por estar ahí!

¡Y recordad que nos podéis seguir por las redes!

¡Sed felices!